jueves, 7 de agosto de 2014

Ropa Usada

Me encanta la ropa usada de amigas y conocidas a las que admiro.

Cuando llevo una de esas prendas, la fuerza de su antigua dueña me acompaña.


Siento como me sostiene y me nutre la esencia de esa persona, la percibo a mi lado en ese momento y la cualidad que admiro en ella va anidando en mi.


La primera vez que noté esto fue hace años, cuando Teresa me dio un par de pantalones de pana que yo le había visto puestos muchas veces.

Sentí agradecimiento porque realmente me hacían mucha falta, no sabía como iba a arreglármelas ese invierno para ir calentita, y sus viejos pantalones usados fueron la solución.
 Al ponérmelos, ella acudía a mi, me alcanzaba un poquito de esa tranquilidad y aceptación con las que afrontaba las adversidades de su vida, sin una pizca de resignación.

El jersey y la camisa de la foto, son de Marisol, joven y vital, generosa y alegre, siempre que puede pone en el mundo mucho más que un granito de arena para mejorarlo.
Estoy muy agradecida de que mi camino se haya cruzado con el de estas mujeres y hayamos andado un tramo juntas.

Gracias Teresa, Gracias Marisol

y a ti que lees estas líneas escritas con amor, gracias por contribuir al sostenimiento de este Blog   

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